viernes, 29 de julio de 2016

Un hongo gigantesco

Aquel día de verano de 1945 estábamos toda la familia reunida alrededor de la radio, escuchando el parte de noticias. Entonces el locutor dijo que los americanos habían lanzado una bomba sobre la ciudad de Hiroshima, un hongo gigantesco que había acabado con la vida de miles de personas.
Mi hermana Pepi, la pequeña, de repente palideció y se le cayó al suelo la aguja con la que bordaba.
—Eso nos cae muy lejos —la dijo mi padre restándole importancia.
Yo sabía lo que le pasaba a Pepi, en Hiroshima vivía el noviete japonés que tuvo durante nuestra guerra, acabada hacía seis años.

Foto: Ana Matesanz

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