viernes, 24 de junio de 2016

Ispalam




Ispalam, este es el título de mi novela que saldrá publicada en septiembre. 
Es una historia de fantasía, algo épica y filosófica en la que he puesto gran parte de mí. 

Ya os iré contando más cosas sobre ella; pero si queréis hacer una primera inmersión en el mundo de Ispalam picar en el siguiente enlace para ver el book trailer de la novela, en el que he procurado plasmar el alma del libro. 

                                     Novela Ispalam




miércoles, 22 de junio de 2016

Verano


Calima, dulce calima.
Días de asueto y trigo, amarillos.
Largos, lentos, pesados.
El sopor del mediodía interminable,
Lleva a noches en vela y paseos nocturnos.
Cigarras del día, grillos de la noche.

Calor, fuego y suelos reverberantes,
Sin vida aparente,
que oculta y silenciosa espera la noche
Tierras quebradas, sin agua,
Y cauces secos.

Pueblos en fiestas, sombrillas en playa.
Risas y tedio.
Ciudades vacías, carreteras llenas.

Foto: Ana Matesanz

jueves, 16 de junio de 2016

La portería

Y como nunca cambiaron el bombín todo el mundo podía entrar con cualquier llave. Desde siempre ella recordaba a alguien en su casa.
Entraba al baño y se encontraba la ducha ocupada por el vecino del quinto. Otro día iba al cuartito de estar y la adolescente del primero estudiaba para el examen del día siguiente. Una tarde se encontró al vecino del ático echando la siesta en su cama. O los niños del segundo jugando al balón en el salón.
Estaba claro, no había que cambiar el bombín, porque la portería era el refugio al que ir cuando había problemas en casa.

miércoles, 1 de junio de 2016

El tejo


Foto: Ana Matesanz



EL TEJO

         A través del espejo
Ves la vida que deseas.
Volar a lomos de dragones,
Danzar con Selene
En las noches de primavera.

Vas al bosque, la nieve fría.
Lo buscas,
Recuerdas su lugar.
Allí está.
Es verde y hermoso.
Letal.
Una ramita, sólo una.
Para cruzar el espejo.
Sin retorno.

El tejo (Taxus baccata) es un árbol muy longevo, incluso milenario, anteriormente muy abundante, pero protegido en la actualidad por su escasez. Todas sus partes son tóxicas, excepto la carne del fruto rojo (arilo) del árbol hembra. 
Antiguamente se le relacionaba con la muerte y por ello se plantaba en los cementerios, en donde se creía que las raíces se introducían por la boca de los muertos.
Era uno de los árboles venerados por los antiguos celtas y debido a sus propiedades tóxicas se envenenaban con él para evitar caer en manos de los romanos.