domingo, 15 de diciembre de 2019

Europa Polar


Hace tiempo leí una teoría sobre lo que podría producir el calentamiento global, e incluso se sacó una película sobre el tema. En estos días en los que se ha celebrado en Madrid la Cop25 he escrito este pequeño relato sobre ello


“La Corriente del Golfo se va a frenar, dejará de calentar la Península Ibérica. Por lo tanto necesitamos adaptación al frío, no al calor”. Esta frase, publicada en una conocida revista científica, fue la que sentenció la carrera profesional de Ismael. Se le echaron encima la mayor parte de los más prestigiosos investigadores del Cambio Climático, las empresas y hasta el Gobierno.
Desde hacía años se había estado adaptando el país para una subida de temperaturas. Aire acondicionado en cualquier lugar, cultivos de plantas termo-xerófilas y turismo de sol y playa en zonas nuevas no cubiertas por la subida del mar. Edificios orientados al norte se construyeron por todos lados huyendo del Sol directo. Las empresas de calefacciones, ropa de abrigo y de sky cerraron o se adaptaron al calor. Florecieron las cremas de protección solar... Toda Europa se preparó para un ambiente cálido e incluso desértico.
“Si se calienta el clima es un disparate pensar que vamos a pasar frío”. Pero cinco años después de que un fabricante de bañadores dijera esto a Ismael, toda Europa se encontró inmersa en una glaciación.
Porque el deshielo de los polos redujo la concentración de sal en el mar y con ello la densidad del agua, que ya no bajaba al fondo. Esto inmovilizó a la Corriente del Golfo, que traía desde  Méjico las aguas cálidas que bañaban las costas del oeste de Europa. Irlanda se congeló y llegaron osos polares a Galicia. El levante español, que ya había visto menguadas sus playas por la subida del mar, vio cómo su clima cálido y húmedo se convirtió en gélido. Hasta en Grecia se comenzaban a notar los efectos del frío.
Empresas farmacéuticas que comercializaban medicamentos para dolencias producidas por el exceso de calor se encontraron con un stock imposible de asumir. Y medicinas para la paliar los efectos de la hipotermia escasearon dramáticamente en los hospitales.
Cerraron las empresas dedicadas a fabricar e instalar aire acondicionado sin bomba de calor, y los fabricantes de helados y bañadores. Los hoteles construidos en primera línea de playa se inundaron y las personas ya buscaban abrigo. Se comenzaron a talar los bosques para sustituir por leña a las calefacciones de gas o eléctricas que ya no se producían. 
Entonces la gente buscó a Ismael, para que calentara sus hogares con  los radiadores que fabricaba en la empresa que había formado concienzudamente, durante los pocos años en que su teoría fue ridiculizada.  

Foto: Ana Matesanz