viernes, 17 de marzo de 2017

Un viaje tan largo

—¿Don Cristóbal Colón? —Preguntó el emisario al hombre que observaba un huevo de gallina depositado en un plato.
—Sí, soy yo —respondió este levantándose de la silla. Hablaba con un marcado acento gallego.
—Bien, pues recoged vuestras cosas que partís mañana.
El hombre que miraba el huevo, fijó su vista en quien eso le decía.
—¿Tan rápido?
—La reina ha recibido ya el dinero necesario para vuestro viaje y partís mañana.
—Bueno, pero ya lo llevo todo encima.
—¿No necesitáis nada más en un viaje tan largo que no sabéis lo que durará?
—No necesito nada más, el viaje no es tan largo.
—De acuerdo, vos sabréis lo que hacéis. Tomad, aquí tenéis dinero para los primeros gastos.
El hombre llamado Cristóbal Colón cogió la bolsa que le ofrecían y se dirigió a la puerta para marcharse.
—Podéis llevaros el huevo —dijo el emisario—. Sé que es importante para vos y la reina.
El viajero se volvió, cogió el huevo y se marchó.
El representante de su majestad quedó sólo, al poco llamaron a la puerta y entró un chambelán.
—Señor. Aquí  fuera hay un hombre, parece extranjero. Dice llamarse Cristóbal Colón y quiere hablar con vos, porque le habéis citado para tratar el asunto de un viaje.

Foto: Ana Matesanz

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