jueves, 20 de octubre de 2016

Scriptorium

A la oscilante luz del candil, el amanuense escribe. La pluma ligera y firme en su mano dibuja garabatos de ciencia y oración. Lo que un día fue traje de ave que surcó los cielos, ahora transportará en tinta pensamientos que crucen el tiempo. Ideas que tras pasar siglos de olvido, despierten un día a la luz de una bombilla, para que unos ojos curiosos, analíticos, descubran secretos pasados que transcribir, sobre teclas, a una pantalla sin candil.

(Scriptorium: lugar dedicado a la copia de manuscritos, generalmente en los monasterios medievales).

Foto: Ana Matesanz

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