lunes, 16 de julio de 2018

La abeja


Buscaba por arriba y por abajo. Por la derecha y la izquierda. Nada, no había la más mínima rendija. Afuera estaban las flores con polen y la colmena. Por fin descubrió que pasaba luz por un agujero en el que cabía su cuerpo diminuto. El insecto se dirigió hacia él y mientras traspasaba el ojo de la cerradura la mujer metió la llave.


Foto: Ana Matesanz