lunes, 7 de marzo de 2016

Jubilación

¡Vivir a lo grande de los bienes gananciales! Por fin, a los sesenta años se lo podía permitir. Llegar a donde él no era fácil. Mentir y estafar le había supuesto una lucha constante contra su conciencia y la educación recibida.
Había delatado a su hermano que se pudría en la cárcel desde hacía años, lo que le suponía constantes noches en vela; y conseguir tener ocultas las cuentas bancarias a base de sobornos, era algo que le quitaba demasiado tiempo de otros negocios más lucrativos.
Toda su vida había trabajado y arriesgado para conseguir disfrutar de una buena jubilación que bien se tenía ganada.

Foto: Ana Matesanz

1 comentario:

Rosa de los Vientos dijo...

Un escrito con mucha ironia y mucha verdad escondida.