lunes, 22 de febrero de 2016

Invisible


Ya no podían contar con él, terminó allí su presencia en la vida y en la muerte. Se esfumó para ser la nada un día en que ya no se acordaron de él. Primero se hizo invisible e insonoro, después ya ni se respetaba su silla en la mesa ni se le ponía plato. Y finalmente desapareció de la memoria colectiva como si nunca hubiera existido.

Foto: Ana Matesanz

No hay comentarios: