martes, 29 de marzo de 2016

Primavera

La vida  renace tras el largo frío
En días crecientes y templados,
Sonoros y coloridos.
Con trinos de pájaros y rojas amapolas.

Las abejas llevan la vida, sin saberlo,
De una flor a otra.
Promesa de vida,
Y campos floridos.

Rayos luminosos alegran la vista
Y mariposas que vuelan, cual sílfides,
Sobre praderas mecidas por la brisa.

Primeros paseos
Que alaban la vida.
El milagro.

Foto: Juan Carlos Martínez

sábado, 19 de marzo de 2016

Viento

Oye… escucha. Parecía que le quería decir el sonido del viento susurrando en la copa de los árboles.
Ssssh…escucha. Ella se llevó las manos a la cabeza. No quería oírlo. Ese sonido siseante le martilleaba la cabeza. Corrió a su casa. Pero fue imposible dejar de oírlo porque las ventanas cerraban mal y el viento se colaba por las rendijas silbando.
Sssh … oye … escucha. Tengo algo que contarte. Parecía querer decirla. Pero ella no quiso escucharlo.
La mujer se tiró al sofá y se tapó los oídos con dos cojines, hasta que agotada se quedó dormida.
Le despertó el canto de un pájaro. Entreabrió los ojos y vio como un rayo de sol se colaba por la ventana posándose sobre su mano, como si con su calor quisiera levantar a la mujer. Pero esta en lugar de moverse se quedó mirándolo como hipnotizada.
Entresueños le pareció oír el chirriar de una puerta al abrirse y después unos pasos que se acercaban. En el umbral de la puerta apareció su hija con el rostro descompuesto. La madre se sentó en el sofá mirándola, pero no dijo nada.
La hija tomó la palabra:
—El barco de papá se hundió anoche. No hay supervivientes.
Entonces lo entendió. La voz del viento le quería decir que todo había acabado. Pero ella no quiso escucharlo. 

viernes, 18 de marzo de 2016

Cuento del reloj

Ella baila con sus zapatos de cristal
Sobre un gran suelo de mármol.
Quizá soñando quimeras de ceniza
Y madrina sin madrastra.
La medianoche acecha.
Corre, vuela.
¡Calabaza!

Foto: Ana Matesanz

lunes, 7 de marzo de 2016

Jubilación

¡Vivir a lo grande de los bienes gananciales! Por fin, a los sesenta años se lo podía permitir. Llegar a donde él no era fácil. Mentir y estafar le había supuesto una lucha constante contra su conciencia y la educación recibida.
Había delatado a su hermano que se pudría en la cárcel desde hacía años, lo que le suponía constantes noches en vela; y conseguir tener ocultas las cuentas bancarias a base de sobornos, era algo que le quitaba demasiado tiempo de otros negocios más lucrativos.
Toda su vida había trabajado y arriesgado para conseguir disfrutar de una buena jubilación que bien se tenía ganada.

Foto: Ana Matesanz

viernes, 4 de marzo de 2016

La pared transparente

Esta es la tercera vez que hoy traigo comida a mis hijos. Ya se van haciendo mayores y tienen que ir aprendiendo a desmenuzar ellos solos la comida.
Cuando nos asentamos en este lugar no estaba segura de si funcionaría. La altura era la adecuada y había alimento suficiente en los alrededores. Pero durante la incubación pasé miedo porque mi pareja se empeñó en que hiciéramos el nido frente a la oquedad.
Durante aquellos interminables días atisbaba a través de la pared transparente lo que sucedía al otro lado. Y llegué a tranquilizarme, porque los moradores de esa cueva parecían ignorarnos; hasta que su presencia acabó haciéndose familiar. Los adultos se movían tranquilamente, pero las crías eran ruidosas y cuando nacieron los pollos llegaron a acercarse demasiado.
Todas las noches se ponen frente a una luz en movimiento al tiempo que se alimentan y poco después dejan todo a oscuras hasta el día siguiente. A veces, la hembra pasea un palo con plumas en un extremo. La primera vez que la vi tuve que contenerme para no tirarme a por lo que creí una paloma.
Los pollos van creciendo bien, dentro de poco se convertirán en unos magníficos halcones y entonces me dolerá tener que expulsarles de nuestro territorio.


Foto: Miguel Ángel Diaz

300 km/h

Foto: Juan Carlos Martínez
Aquella tarde sonó de repente un trueno. Trueno producido al cortar el aire el halcón. Halcón peregrino que vuela cuál saeta. Saeta no, mejor proyectil hecho de alas de guadaña. Guadaña que corta a su presa en el aire. Aire silencioso y después roto por la rapaz. Rapaz veloz que desprecia el vuelo majestuoso del buitre. Buitre lento, capaz de ascender a los cielos subido en un ascensor. Ascensor formado por las corrientes térmicas. Térmicas que le ayudan a elevar las almas a los cielos.

Foto: Juan Carlos Martínez

miércoles, 2 de marzo de 2016

Raíces perdidas


Sueñas con volar
Tus raíces te atan.
El suelo protector nutre, aprieta.

Un día vuelas
Sin raíces,
Sin suelo,
Sin alimento.
Sin protección.

Desnutrido, desarraigado.
Buscas sustento
Y ello te ata.
Buscas las raíces perdidas,
Se cortaron.


Foto: Ana Matesanz