Camino
entre el tráfico.
Gris
asfalto, ruido atroz.
Y
allí está él,
Al
otro lado de la calle.
Pienso,
no puede ser,
Con
su lira de siete cuerdas
Apolo
bajó del Parnaso.
Busco
a las musas.
No
están, solo estoy yo.
El
semáforo, máquina infernal,
Me
impide el paso.
Y
deseo volar a Grecia, al Olimpo junto a él.
Espero
en la acera,
Mientras
a sus pies,
Escucho
melodías brotando de la tortuga.
Y
celosa grito ¡Fuera musas, aquí sobráis!
¡Apolo
toca sólo para mí!
El
semáforo verde transforma al dios en mortal.
Y
me cruzo con él, sin volver la vista atrás.
Foto: Ana Matesanz
Estatua de Apolo (Madrid)
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