miércoles, 26 de abril de 2017

Trinos y aromas

Ya estamos en plena primavera y en nuestras latitudes el campo rebosa de vida por todos lados. Los árboles se cubren de hojas nuevamente y las flores se abren desplegando sus olores para atraer a los insectos que las polinicen. Porque el aroma de las flores no es para nosotros, sino para esos bichitos minúsculos de los que dependen para la perpetuación de su especie. Seducidos por los colores y olores de los órganos sexuales de las plantas, se acercan a tomar el néctar que estas les ofrecen como regalo y señuelo para atraerlos. Las plantas no se mueven, pero son capaces de hacer que su polen se desplace lo necesario para fecundar a otra flor. El polen, las semillas y los frutos son capaces de utilizar el viento, el agua, los insectos, las aves e incluso los mamíferos para conseguir su propósito. Los vegetales no se desplazan, pero su promesa de vida es capaz de utilizar medios de transporte tan eficaces, que llegan a cualquier rincón del planeta en el que poder  arraigar. Para ello sólo tienen que darse las condiciones necesarias para desarrollarse y aquí es donde llega lo difícil.
Otras que se mueven, aunque en este caso por sí mismas, son las aves migratorias. En la Península Ibérica hace tiempo que se fueron las invernantes, y todavía están llegando algunas especies más tardías, que vienen a sacar a su prole adelante. Entre los pájaros que llenan el campo de cantos está el ruiseñor común, que desde el Sur de África llega a Europa para deleitarnos con su potente canto. Pero nuevamente no es para nosotros, sino para marcar su territorio y decir a las hembras “Aquí estoy yo y busco novia”. 
          Os regalo el canto del ruiseñor para que disfrutéis con su trino. 
                  Ruiseñor común



Foto: Juan Carlos Martínez

miércoles, 5 de abril de 2017

Surcos de agua

Vida líquida
Como agua de mar,
Que lleva ilusiones
Y devuelve sal
Inmensidad azul,
Sin fin,
Sin forma.
Moldeable y blanda.
El devenir de las olas
Desgasta la roca,
Moldea formas nuevas,
Extrañas.
Marcando surcos
De vida y agua.

Foto: Ana Matesanz